Soy una fotógrafa aficionada. Comencé con la fotografía aún en mis años de estudios secundarios con una cámara Smena, a la cual le siguieron cámaras compactas. Al inicio hacía fotografías para mi propio interés, queriendo registrar las experiencias familiares vividas conjuntamente. Después de un largo período sin esa actividad y del nacimiento de mis hijos – como suele ocurrir –, el deseo de guardar los momentos vividos hizo retornar a mi vida la fotografía, en aquella época aún con mis compactas y con los móviles que la facilitaron en cualquier momento. Luego cuando hice una foto en un acontecimiento con mi pequeña compacta y pude ver otra hecha por otro de ese mismo momento con una SLR, fue el momento justo de decidir de que tenía que aprender. Primero leí muchisimo, estudiaba para hacer mía las cuestiones básicas, luego me compré una bridge y practicaba, practicaba. Mi interés seguía siendo el guardar los momentos de nuestra vida familiar, y al percatar que cada vez me iba mejor, sentí que eso era mi mundo. Hoy día ya hago mis fotografías más bien con cámaras SLR, pero también escogí concienzudamente el mejor móvil para ella. Me gusta también fotear con el móvil, y en esos casos me agrada igual presionar sus límtes. La fotografía se convirtió parte de mi vida, por lo cual siempre estoy dispuesta para ella. Un momento, una mirada, un sentimiento, una determinada atmósfera, un movimiento, un color… puede ser cualquier cosa. Ata Kando dijo una vez: “Andara por donde andara por el mundo, si por una de esas casualidades no lo registraba en fotos, me parecía que estoy de más ahí.” Soy feliz por conocer ese sentimiento.