Zsolt Balázs

Zsolt BalázsTerminé mis estudios en 1999 como editor, diseñador de imágenes e impresiones, trabajando durante más de diez años como diseñador gráfico, planificador de medios. Fue a los principios del año 2000 cuando se me ocurrió utilizar fotografias propias en mis trabajos.

Mi primer equipo fue una Canon Powerchot G40 semi-compacta, con ella comenzó verdaderamente mi viaje. Luego de unos años de estudios sobrepasé sus límites, comencé con mis ensayos, obtuve una cámara de película Zenit TTL y empecé a hacer retratos y fotografías sociales, percatándome de verdad con esta cámara que eso ya significaba más que una actividad adicional a mi trabajo. Sentía cada vez con más frecuencia una motivación interna y luego la coacción de salir a la calle. Hacía composiciones con la mirada aunque no llevara encima mi cámara – manteniendo esa costumbre hasta el día de hoy.

Recorrí el mundo de los archivos fotográficos y de prensa, y lo mismo podría haber seguido esa línea, pero por un lado no tenía posibilidades de ingresarme en escuelas de fotografía, por otro, los tres años activos de “street” fotógrafo me hizo comprender que eso no era mi mundo. Respeto y honro a los que le va y lo hacen día por día. A mi al final me faltaban las ganas, el entusiasmo o sencillamente no me encontré con vocación para esa categoría. Así después de una larga pausa, al paso de casi un año es que volví a tomar en manos la cámara, esta vez un Pentax SLR, y por supuesto con autoaprendizaje y descubrimientos.

Me giré más hacia mi interior que al exterior, evitaba más la compañía que buscarla – me iba a los bosques y prados cercanos. Necesitaba desprenderme de mi ambiente diario, de encontrar un cierto grado de paz, armonía, un camino hacia mi interior. En aquella época, alrededor del 2009-2010 comencé ensayar con creación de imágenes de larga exposición – como lo supe luego, con la técnica ICM. Conocí las obras de Zoltán Vancsó, quien comenzó también en esa época publicar sus imágenes de larga exposición, y con ello me dio un empujón en otra vía. Enseñó cómo la fotografía puede se incluso más que un registro momentáneo de lo visible. En esos tiempos estaba yo meditando de qué manera se podría lograr por medio de las posibilidades fotográficas esos efectos artísticos como en la pintura, simplemente con la cámara, sin manipulaciones digitales. Llegado a conocer los grabados de Durero, las obras de los impresionistas y expresionistas de la época, seguí paseando los bosques, más bien de Hungría.

Me di cuenta de cuántos perjuicios y poca profesionalidad tiene que vencer aquel que navega entre los límites de dos géneros de forma independiente siendo aficionado. Y ciertamente, lo mismo que en el caso de los representantes de la tendencia puntillista, así en la técnica ICM le toca también un gran papel al factor de la casualidad. Pero hay que saber comprender y sentir lo que quisieras y de qué modo lograrlo – pues de otra manera, cruzando el borde solo quedará la nada. Yo pienso que justo en estos radica toda su belleza. Hago ensayos, me interesa crear simbiosis, evito los caminos recorridos. Me interesa más lo que se esconde detrás de la imagen contra lo que es visible en ella.

A veces también escribo, a veces existe aquel desbordamiento cuando tropezando dentro del bosque denso de palabras se despliega algo, porque requiere del simbiosis.
De ésta luna de miel nació mi obra de presentación, mi exposición y mi libro de fotografías “Darsana – Más cerca de la verdad”.

Han hecho ya comparaciones de mis fotos con las pinturas de William Turner y László Paál, con las fotos de Zoltán Vancsó… Todas honoríficas, y mucho más de lo que jamás esperé lograr.

En los últimos tiempos abro exposiciones cada vez con mayor frecuencia. Estos los siento especialmente de mucho honor, ya que eso es una cercanía íntima, una cierta confianza donde se esfuma el egoismo y su lugar lo ocupa el nosotros: expongo mis propios pensamientos a las autorrevelaciones de mi / mis co-creadores.

A veces quizás quisiera ser un poco Simon Hantai, Jackson Pollock o Zoltán Vancsó. Fueron ellos los que mayormente influyeron en mi durante mi viaje en el arte.

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